La mayoría de los tratamientos que necesita nuestra boca, no están contemplados en la seguridad social, como por ejemplo la limpieza bucal, empastes y otras intervenciones para las que deberemos ir a un dentista privado con el consecuente gasto que supone.
1. Lo más sencillo es preguntar a nuestros amigos y conocidos para saber si acuden al dentista, a cuál van y qué opinión tienen sobre ese profesional concreto. Es importante dejarse aconsejar. Posiblemente el dentista que nos recomienden sea el acertado y es mejor acudir a alguien del cual nos han hablado bien que ir a ciegas que puede resultar una mala experiencia.
2. Buscaremos clínicas dentales donde haya más de un profesional, y que cada dentista esté especializado en un área.
3. Podremos hacer un sondeo por las redes sociales, para conocer cuál es la reputación de la clínica dental o de un dentista en particular.
4. Desconfiar de la publicidad, es importante que reflexionemos sobre la publicidad que nos han metido en el buzón o ha aparecido en radio y/o televisión sobre dentistas. A veces nos intentar vender tratamientos revolucionarios a muy poco coste, o nos dan gratis solo una parte de lo que nos están ofreciendo en la información.
5. La disponibilidad también es importante, un dentista que está saturado con clientes, que no tiene tiempo para atender una urgencia o tiene unos horarios excesivamente limitados no es aconsejable, porque es posible que en la actualidad lo queramos para algo puntual y nos podamos acomodar, pero el dentista es un profesional que va a estar en nuestra vida a largo plazo por lo que será necesario que atienda todas las situaciones que surjan con nuestra boca.
6. La rotación de dentistas tampoco es positiva, es importante que cada vez que acudamos a la consulta del dentista nos atienda la misma persona, eso nos dará seguridad, porque ya conoce nuestro historial y los problemas habituales que tenemos en nuestros dientes, si cada vez que vamos nos atiende alguien nuevo, nos tocará contarle todo aunque tenga el expediente delante.
7. La personalidad del dentista es algo a tener en cuenta. Ante un trato agradable y cercano nos sentiremos más a gusto sobre todo si somos personas que tenemos miedo al odontólogo.
2. Buscaremos clínicas dentales donde haya más de un profesional, y que cada dentista esté especializado en un área.
3. Podremos hacer un sondeo por las redes sociales, para conocer cuál es la reputación de la clínica dental o de un dentista en particular.
4. Desconfiar de la publicidad, es importante que reflexionemos sobre la publicidad que nos han metido en el buzón o ha aparecido en radio y/o televisión sobre dentistas. A veces nos intentar vender tratamientos revolucionarios a muy poco coste, o nos dan gratis solo una parte de lo que nos están ofreciendo en la información.
5. La disponibilidad también es importante, un dentista que está saturado con clientes, que no tiene tiempo para atender una urgencia o tiene unos horarios excesivamente limitados no es aconsejable, porque es posible que en la actualidad lo queramos para algo puntual y nos podamos acomodar, pero el dentista es un profesional que va a estar en nuestra vida a largo plazo por lo que será necesario que atienda todas las situaciones que surjan con nuestra boca.
6. La rotación de dentistas tampoco es positiva, es importante que cada vez que acudamos a la consulta del dentista nos atienda la misma persona, eso nos dará seguridad, porque ya conoce nuestro historial y los problemas habituales que tenemos en nuestros dientes, si cada vez que vamos nos atiende alguien nuevo, nos tocará contarle todo aunque tenga el expediente delante.
7. La personalidad del dentista es algo a tener en cuenta. Ante un trato agradable y cercano nos sentiremos más a gusto sobre todo si somos personas que tenemos miedo al odontólogo.
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